calidad de los presidenciables del PLD entre el compromiso o la CULPA

SANTO DOMINGO22/08/2025ElyaguatenseElyaguatense
132f7840-c45c-4c27-adef-cf1d5646ad04

Artículo 

El Partido de la Liberación Dominicana está compelido a entregar la antorcha a una figura que emerja del consenso y de la manifestación democrática de las bases, para convertirse en el candidato presidencial que encarne las aspiraciones de la militancia de volver al poder en el 2028.

El compromiso de nuestros presidenciables del PLD es interpretar con claridad el momento histórico que les ha tocado vivir. Hoy, más que nunca, tienen la responsabilidad de asumir lo colectivo por encima de lo personal. Este debe ser un compromiso firme con una nueva generación de peledeístas que, desde la oposición, espera un liderazgo a la altura de los desafíos del presente.

Ese compromiso debe iniciar con el reconocimiento de las virtudes y derechos de cada aspirante, propiciando encuentros, creando escenarios de diálogo, tendiendo puentes y llevando a cabo cuantas acciones sean necesarias para alcanzar una CUMBRE DE LIDERAZGO  que garantice respeto mutuo y reglas claras. Solo así lograremos que, sin importar quién resulte electo, el partido se unifique en una sola visión: decirle al país que aquí está el PLD, listo para asumir de nuevo el compromiso social y realizar una tercera gran gestión de gobierno peledeísta.

Desde ya, hemos visto de manera explícita a algunos dirigentes manifestar su interés, mientras que otros, aunque no lo han expresado formalmente, poseen la capacidad y el liderazgo para presentar sus aspiraciones. Entre ellos se encuentran Charlie Mariotti, Francisco Domínguez brito,Francisco Javier García, Abel Martínez, Juan Ariel Jiménez, Margarita Cedeño y Gonzalo Castillo. De cada uno de estos dirigentes podríamos escribir un libro entero resaltando su trayectoria militante dentro del PLD, sus valores personales y, sobre todo, su hoja de servicio público caracterizada por la eficiencia, la transparencia y los resultados en las responsabilidades asumidas: desde fiscalías, diputaciones, senadurías y procuradurías, hasta ministerios de Turismo, Medio Ambiente, Economía, Obras Públicas y la propia Vicepresidencia de la República.

Como partido nos sentimos honrados de contar con un plantel de aspirantes de tan alto nivel. Si comparamos nuestras figuras con las que presenta el actual partido de gobierno y las demás fuerzas de oposición, no cabe duda de que la solidez en políticas de Estado, la experiencia acumulada, la capacidad de comunicación y el carisma de nuestros dirigentes colocan al PLD en una posición ventajosa.

La militancia espera precisamente eso: un liderazgo que eleve el nivel de trabajo político, que se arraigue en la sociedad y que asegure la recuperación y el ascenso de nuestro partido como opción mayoritaria en el sentir de los ciudadanos.

La historia nos acompaña. Juan Bosch fundó y doctrinó al PLD, sembrando la semilla de la disciplina y la visión de Estado. Con la generación siguiente de líderes gobernamos más de 20 años, y en los 4 últimos periodos de gestión consecutivos el PLD se consolidó como referente de un legado de obras, estabilidad y transformaciones sociales que cambiaron profundamente la República Dominicana.

Hoy, el presente les exige a nuestros aspirantes —que cuentan con calidad sobrada, experiencia y reconocimiento público— que asuman la responsabilidad que la militancia y el país esperan. No deben cargar con la culpa histórica de dividirse y perder la oportunidad de ofrecer al pueblo dominicano la continuidad de nuestro proyecto político.

El reto es sencillo y, al mismo tiempo, trascendental: ponerse de acuerdo en una fecha y en un método democrático que permita elegir al candidato o candidata presidencial del PLD para las elecciones de 2028.

Tienen un partido.
Tienen un legado.
Tienen las condiciones.

¿Asumirán el compromiso o cargarán con la culpa?

Te puede interesar
Lo más visto